Las incidencias que sin duda han alterado el normal marco de lo que debiera haber sido un acto comicial digno de ATE no evitarán que proclamemos nuestro triunfo ni no nos van a desviar del objetivo de recuperación porque hemos ganado legitimamente, y todo lo viciado que denunciamos puede comprobarse fácilmente ante los organismos que requieran las pruebas de que tan torpe maniobra no ha sido otra cosa que el producto de un claro fraude estructural organizado por una camarilla integrada por el actual Secretariado Nacional, el Presidente de la Junta Electoral Nacional de ATE, Rodolfo Córdoba y la burocracia de la UP, un armado político partidario, cuya cúpula sobrevive parasitariamente a costa del sindicato más emblemático de los estatales argentinos.
Este fraude, un fiasco que ha trascendido el ámbito sindical y ha tomado estado público, ha causado como efecto arrastre el derrumbe político sindical del ya desgastado secretariado actual y de sus cómplices empresariales y político partidarios, beneficiarios directos del uso desenfrenado de recursos económicos y logísticos que debieran ser de goce exclusivo de los afiliados y afiliadas.
Por ello, reivindicamos el orgullo de pertenecer a ATE y a la triunfante Lista Verde y Blanca encabezada por el electo Secretario General, Fernando “Nando” Acosta, conscientes de que al hacerlo estamos valorizando en su justa medida los votos que a lo largo y ancho del país confiaron en la propuesta de recuperación y reconstrucción del sindicato.
Comprometemos ante todos los afiliados (a los que nos votaron y a los que no), que no han de hacer mella en las convicciones y consecuentes esfuerzos militantes ni en nuestra voluntad de develar (por el buen nombre y honor de ATE), amenazas de violencia alguna por denunciar hechos delictivos como el intentado fraude a escala nacional y particularmente en la Provincia de Buenos Aires.
Estaremos recurriendo a todos los ámbitos que fuesen menester tanto provinciales, como nacionales e internacionales. Lo anómalo que pudo observarse en distintos lugares del país, allí lo fue más acentuadamente. Se imposibilitó el derecho democrático de poder sufragar en condiciones normales con una sistemática alteración de los padrones o la escandalosa sustracción y ocultamiento de cientos de urnas volantes imposibilitando así a nuestros fiscales, ejercer el mínimo control para garantizar la normalidad del proceso comicial. Todo con la aviesa intencionalidad del oficialismo de poder “fabricar”-con la anuencia de la Junta Electoral-, un resultado absolutamente tramposo e irreal que les “blindara” el escrutinio final –a cargo también de su cómplice Junta Electoral-. Temerosos de su segura derrota en el total nacional.
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ATE Argentina